sábado, 25 de julio de 2015

No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas, de Laura Norton



A estas alturas, supongo que ya sabrás que no leo las sinopsis de las contracubiertas y que me guío por otros factores a la hora de elegir un libro: el autor, recomendaciones de amigos, o –aunque me duela admitirlo­–  la portada. Uno de esos factores, cómo no, es el título.

Y es que es difícil dar con un título memorable, que sea sencillo pero no demasiado, que sea llamativo pero que no peque de peliculero. También es complicado que, además, dé una idea de lo que ocurre durante la trama y que refleje el estilo del autor (autora, en este caso).

Pues bien, aquí tenemos uno que cumple todo lo anterior. Laura Norton no sólo ha conseguido publicar un libro con un título absolutamente genial, sino que también nos proporciona una lectura amena, agradable y muy divertida, a tono con lo que el título promete. Su estilo es muy fluido y recurre a métodos que captarán toda la atención del lector, por ejemplo, las referencias a elementos tan actuales como Whatsapp® o Instagram®. Además, consigue hilar unas escenas con otras de forma que no puedes dejar de pasar páginas y es fácil conectar con los personajes, algunos de los cuales son absolutamente memorables.

Sin embargo, tal vez lo más destacable es que hay escenas verdaderamente hilarantes. Algunas de ellas pueden parecer normales, pero Laura Norton les saca todo su jugo y utiliza distintas técnicas para ello. Así pues, si te decides a leer esta obra, serás testigo de las andanzas de Sara (la protagonista) y también de sus divagaciones y hasta de sus conversaciones imaginarias. Y no, esta novela no es una especie de libro de autoayuda ni ensayo filosófico que hable sólo del karma (ni de gilipollas), pero tal vez sí que consiga que te sientas en paz contigo mismo cuando la acabes.

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